Presentación

Todos alguna vez, al visitar alguna galería de arte o simplemente al contemplar alguna obra, ya sea escultura, pintura o arquitectura,  siempre hemos oído nombres de numerosos artistas varones como Miguel Ángel, Boticelli, Goya o Picasso y seguramente nos surgió la típica pregunta de ¿hubo alguna mujer artista? Pues bien, lo que pretendemos con este blog es mostrar la otra cara de la mujer, esa mujer que no era la protagonista del cuadro sino la mujer astista capaz de crear magníficas obras de arte.

Las pintoras y escultoras han sido a menudo presentadas en los libros de Historia del Arte de una forma marginal, lo que podría hacernos pensar que apenas habían existido. Lo cierto es que sí ha habido grandes artistas pero no han sido reconocidas como tales ni valoradas por la posteridad. Muchas de las obras de arte de estas mujeres fueron incluso atribuidas a varones, ya que al decir que la había realizado una mujer el valor económico y simbólico de la obra bajaba mucho.

El primer ejemplo documentado de una obra de arte firmada por una mujer se remonta a la Alta Edad Media. Generalmente los artista en esa época no firmaban sus obras, pero en el ejemplar del Comentario del Apocalipsis de Beato de Liébana que se conserva en la catedral de Gerona podemos observar los nombres del monje Emeterio y el de Ende "pintora y sierva de dios".

Pero  fue en el siglo XV cuando comenzó a producirse en Italia un cambio en la valoración social del artista extendiéndose por todo el Renacimiento y el Barroco. En esta época la formación de los artistas requiere conocimientos de Geometría, Física, Aritmética y Anatomía, disciplinas que no se incluían en la formación de las mujeres. Por lo que, en estos casos, las mujeres recibían la formación en el taller familiar, hemos de decir que solo recibían formación aquellas mujeres que o bien sus maridos eran artistas o tenían un padre artista o si por el contrario pertenecían a la nobleza o a la burguesía adinerada, sino era prácticamente imposible formarse. Agunas de ellas son Lavinia Fontana, Artemisia Gentileschi, Luisa Roldán o Sofonisba Anguissola. Aunque estas mujeres, gracias a su posición social, pudieron formarse y pintar no se les llegó a dar un reconocimiento.

Fue a partir de los años sesenta, con la consolidación del movimiento feminista y la lucha por los derechos de la mujer cuando se empiezan a realizar estudios que van sacando de las sombras a artistas de todos los tiempos, algunas de las cuales habían gozado de gran éxito en su época y demostrando la extraordinaria calidad de los trabajos de muchas de ellas cuyas obras eran a veces atribuidas a sus padres o maestros también artistas y, por supuesto, a varones.

Aquí podéis ver un vídeo de algunas obrar de las grandes mujeres artistas




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